‘Spectre’ o cómo echar de menos ‘Skyfall’

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Y pintaba muy bien para los fans de la saga más longeva del cine mundial. Pero  ‘Spectre’ consigue aburrir a partir de la primera hora de cinta. Será que sus 150 minutos de metraje son demasiados. Será que el yo interior de James Bond nos da bastante igual. Será que la trama no está tan bien construida como se esperaba de la factura de Sam Mendes.

El caso es que, tras un primer plano secuencia magistral de siete minutos, rodado sin cortes (o eso parece) y tiros de cámara imposibles, ‘Spectre’ consigue adentrarte en la que parece la mejor de todas la películas de la saga. Un Daniel Craig sensacional, planos, fotografía, ritmo, sonido, dirección artística (por supuesto el vestuario de Tom Ford hace impecable al Bond más creíble de todos) que comienza su aventura al margen de la ley (como todo buen espía que se precie, marginado y denostado por su propia organización) en Méjico DF con una de las mejores escenas de acción que se recuerdan. Y, ya metidos en faena, con los cinco sentidos puestos en lo que parece va a ser una obra maestra del director, llega la cabecera. Y es entonces cuando empiezas a echar de menos ‘Skyfall’.

La soberana canción de Adele de la película anterior deja en cinta de gasolinera a la coplilla de Sam Smith que, por mucho que la oigas, jamás te acordarás de cómo era el estribillo. Una melodía que intenta parecerse a las grandes canciones que acompañaron a los distintos 007, con una imagen que se repite durante toda la cabecera: Un pulpo !Un pulpo¡ Como todo el mundo sabe, un pulpo es tan terrorífico, tan inquietante…, y empezar a bostezar.

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Tendrá su porqué, más tarde será la clave de una organización súper maligna y súper secreta que se esconde bajo el símbolo de un pulpo !Un pulpo¡…, !Perdón¡ Pero parece que la película puede mejorar: Aparece en escena Mónica Bellucci.

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Su sola presencia en pantalla es ya suficientemente bella e inquietante como para volver a creer en ‘Spectre’. Planos espectaculares en una Roma de luces y sombras (si los drones se hubieran inventado en la época de Sean Connery…) Grande Mónica, inconmensurable. La viuda de un malo malísimo al que Bond acaba de asesinar y, como no, cae rendida en los brazos del agente. La química surge entre dos personajes tan maquiavélicos como encantadores y atractivos. Y Mónica desaparece de la película enfundada en un ceñido corsé negro. «Volverá a aparecer, no puede ser que se carguen a este personaje tras escasos cinco minutos de papel, no puede ser». Pero sí, puede ser. La ‘chica Bond’ más aclamada y menos duradera de la historia de la saga. Y no vuelve a aparecer más. Se acabó la Bellucci. Mendes desaprovecha a un personaje que tendría ella sola para una película.

Y la película se acabó. Bueno, aún queda hora y media, pero es el momento de irte del cine y aprovechar tu vida en cosas más útiles como, por ejemplo, descargarte las aplicaciones del móvil sin WIFI. Porque a partir de ahora se descubre a un villano descafeinado, malo malísimo, con el mayor poder de todos los villanos que ha conocido Bond. Jefe de todos los villanos de las películas anteriores. Pero, como ‘Spectre’ pretende aglutinar las tres películas anteriores en las que Craig ha dado vida al espía, el espectador que no tenga muy actualizados los detalles y, sobre todo, los villanos de las cintas anteriores, se perderá en el mundo interior y oscuro de 007.

Su yo interior se traga una media hora de película, lo que la hace aburridísima. Si no fuera porque, de vez en cuando, se estrella un coche, un avión, una moto. Una persecución en nieve en Austria, en la arena del desierto de Tánger y en aguas del Támesis londinense, consiguen mantenerte casi despierto. Así, entre chaquetas de lino impecables, cazadoras de ante y trajes de cuadros (Tom Ford en estado puro), Bond descubre que el malo malísimo es su hermano y el espectador desconecta porque la trama está tan mal rematada que es absolutamente irrelevante que héroe y villano tengan parentesco alguno.

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Y así, y tras destruir medio Londres, la bala de un arma casi de juguete derriba un helicóptero. Y se pone fin a uno de los mayores coñazos de la saga. Y, a todo esto, Bond se enamora. Un Bond enamorado le hace perder toda su esencia. Bond es un follador descarado, no puede enamorarse. Pero lo hace de una rubia con la cara de Bridget Jones, escasamente interpretada por la francesa Lèa Seydoux, que hace de francesa con cara de estar a punto de reventar a causa de una aerofagia crónica.

French actress Lea Seydoux (R) and Italian star Monica Bellucci (L) pose during an event to launch the 24th James Bond film 'Spectre' at Pinewood Studios at Iver Heath in Buckinghamshire, west of London, on December 4, 2014. French actress Lea Seydoux and Italian star Monica Bellucci will star alongside Britain's Daniel Craig in the new James Bond film 'Spectre', the producers said on December 4 at the historic Pinewood Studios. AFP PHOTO / BEN STANSALL

AFP PHOTO / BEN STANSALL

En defnitiva, una mujer de la que nunca se enamoraría Bond, nada creíble. Y es entonces cuando el espectador se acuerda de Mónica Bellucci y piensa «¿pero no sale más?». Esto en ‘Skyfall’ no pasaría. ‘Spectre’ es así una hora de factura Mendes, cinco minutos excepcionales de Bellucci, 150 minutos de la colección de Tom Ford para Daniel Craig, de un Bond con un mundo interior aburridísimo y una familia muy esperpéntica, y de una rubia francesa con muy mala cara y pinta de robar en los mercadonas. ¿Habrá una próxima 007? Esperemos que sí…