Andrés Pajares y Fernando Esteso serán recordados por camelarse a las suecas en Torremolinos, y por mostrar a los españoles la ‘pechonalidad’ de Nadiuska. Pero sus películas fueron mucho más que eso. Fueron auténticas profecías de lo que pasaría en España 30 años después. Pajares y Esteso profetizaron esta crisis, y si no…, atento. Dale al play.
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Tracatá, tracatá. El traqueteo de las ruedas de la maletita de la jueza Mercedes Alaya por el empedrado de la Audiencia de Sevilla ha vuelto. Tracatá, tracatá, y los funcionarios saben que se avecina tormenta. Y la jueza de la maletita con ruedas vuelve a la carga. El tracatá, que podría parecer el estribillo de un éxito de reaggeton (‘¡tracatá bro¡’), ha vuelto a oírse en la sede de la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía, y hasta en el mismísimo Palacio de San Telmo. Qué llevará la jueza Alaya en la maletita.
Es como si se subiera todos los días al AVE. Impávida, ajena a las cámaras, su rictus acaba siendo una demostración de su independencia, de su compromiso con la justicia. Como un puma. Porque sí sabemos qué lleva Mercedes en la maletita: va cargada de la panda de sinvergüenzas, de aprovechados y de ladrones que se han llevado el dinero mío y suyo de usted a manos llenas. Tracatá, tracatá. Y sube la adrenalina.
Cuando Alaya rueda su maletita se produce un ultrasonido imperceptible para la gente de bien, pero en las sedes de la Junta, de UGT y CCOO se tapan los oídos. Porque ese sonido, como si fuera el de adiestramiento canino, se les mete en la cabeza y les anula. Tracatá, tracatá. En esa maletita lleva a los mangantes en formato expedientes. El traqueteo de su maletita nos devuelve creer en el sistema judicial, que aún queda alguien que no está inmerso en la maraña clientelar de la Junta de Andalucía, que aún hay jueces independientes que imparten justicia. Por eso, cada vez que vemos cómo la jueza pantera rueda su maletita sentimos alivio. La jueza tira de nuevo de su maletita, tracatá, tracatá, y nos sube la adrenalina.
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Comisionistas, aseguradoras, abogados, sindicalistas, políticos trincones…, pero ¿llevará Alaya en la maletita la dirección de la tienda en la que venden los chubasqueros mágicos que sólo compran Chaves, Griñán y los secretarios generales de UGT y CCOO? Da igual que los interventores de la Junta advirtieran hasta en 15 ocasiones que estaba muy feo eso de desviar fondos públicos de hasta 1.400 millones de euros; da igual que la jueza sepa que los sindicatos se llevaron en comisiones más de cuatro millones de euros. Chaves, Griñán y sindicalistas de pelo recio se ponen su chubasquero mágico, y ni gota. De qué hilo estará hecho ese chubasquero. En qué tienda los venderán. Ríete tú de la capa de Harry Potter.
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Si algo sabe la jueza Alaya es de tendencias, y de moda. De crear tendencia, más allá de sus estilismos. Por un lado, ha puesto de moda llamar a los ladrones por su nombre bajo la denominación: «verdadero negocio en el que las entidades mediadoras corrompieron a los cargos públicos por dinero». Y, por otro lado, ha conseguido que sea ‘trending’ desenmascarar a la partida de sinvergüenzas que se llevan el dinero mio y suyo de usted.
Y otro día más, tracatá tracatá. Y las manos de los delincuentes a taparse los oídos. Y se avecina tormenta. Y subida de adrenalina. Y volvió la jueza de la maletita. Tracatá, tracatá.
Miguel Santoro al aparato.... 